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UC - Críticas

País: Estados Unidos.

Año: 2017.

Género: Aventuras.
Duración: 105 min.

 

Dirección: Alex Kurtzman.

Guion: David Koepp, Christopher McQuarrie, Dylan Kussman (Historia: Jon Spaihts, Alex Kurtzman, Jenny Lumet).

Fotografía: Ben Seresin.

Música: Brian Tyler.

Productora: K/O Paper Products / Sean Daniel Company / Universal Pictures.

 

Distribuidora: Universal Pictures Spain.

Estreno en España: 9 Junio 2017.

Interpretación: Tom Cruise, Russell Crowe, Annabelle Wallis, Sofia Boutella, Jake Johnson, Courtney B. Vance, Marwan Kenzari, Javier Botet, Shina Shihoko Nagai, Solomon Taiwo Justified, Emily Ng, Jason Matthewson, Dylan Smith, Rez Kempton.

 

THE WALKING MUMMY


Vivimos una época en la que la agrupación de películas es el pan de cada día. No solo están los universos de los cómics (Marvel o DC) los que se encuentran más en voga actualmente, sino que muchas son las sagas que ya han creado su propio mundo. Algunos ejemplos serían los de Alien, el que concierne a las obras de Stephen King, el de Quentin Tarantino o el de Star Wars o Star Trek. A estos grupos se le suma otro. De mano de la Universal Studios llega el Dark Universe, una iniciativa para retomar los personajes clásicos de terror. Sin embargo, todo podría haberse ido al traste por culpa del reboot de La Momia, la primera película que conformaría ese nuevo universo. Durante las semanas pasadas se han ido conociendo nuevos detalles de ese Dark Universe, como que Frankenstein, La Novia de Frankenstein, El Fantasma de la Ópera, El Hombre Invisible, El Jorobado de Nôtre Dame o Drácula volverán a la gran pantalla en los próximos años. También conocíamos los fichajes de varios actores como Johnny Depp, que será el hombre invisible, Russell Crowe como el Dr. Jekyll o Javier Bardem como el monstruo Frankenstein. Pero como se ha mencionado anteriormente, la primera en ver la luz del día ha sido la Momia.




SINOPSIS: Enterrada durante miles de años, la tumba de una antigua princesa ha permanecido oculta, muy lejos de su Egipto natal. No sin un motivo. Sin embargo, todas las precauciones tomadas para mantener a la civilización alejada de ella no servirán de nada ante el afán de descubrimiento y riquezas. Y eso tiene un alto precio. A pesar de estar enterrada en una tumba en lo más profundo del desierto, una antigua princesa cuyo destino le fue arrebatado injustamente, se despierta en la época actual, trayendo consigo una maldición que ha crecido hasta límites insospechados con el paso de miles de años.


 

De este “monstruo” (sí, entrecomillado porque, ¿podemos acusar a alguien de monstruo solo por estar muerto y muy enamorado? Lo mismo nos pasaría con Drácula) hemos podido ver múltiples películas. Pero tres son las más relevantes. No podríamos hablar de la momia tal y como la conocemos hoy sin la cinta de Karl Freund de 1932, en la que un impasible Boris Karloff nos acercaba a esa historia de amor que traspasaba siglos a través de una mirada hipnotizadora. La década de los 50 fue el inicio de los años de oro de la Hammer, y en sus sagas de terror no podía faltar su propia versión de la momia. Terence Fisher volvía a reunir en 1959 a su gran tándem, Peter Cushing y Christopher Lee, este último de nuevo como monstruo. La trama, si bien mantenía ese amor prohibido, se trataba más de una historia de venganza por sacrilegio. Exactamente 40 años tuvimos que esperar para volver a ver la siguiente película protagonizada por este personaje que merece una mención propia. La última de ellas que retomaba con gran éxito el género de aventuras (y un poco de terror) al estilo Indiana Jones. En 1999 veíamos a Brendan Fraser acompañado de Rachel Weisz y dirigidos por Stephen Sommers. Y a Arnold Vosloo como Imhotep (y la momia), tomando como referencia la historia de 1932. Y quien diga que después de ver esa película no salió del cine (o se quedó en el sofá) sin repetir el nombre de Anck Su Namun, miente. Pero lo que nos ocupa hoy es, esa nueva versión (reboot, que se llama ahora, aunque en este caso es más bien una versión libre) que se estrenaba hace unos días. Detrás de la cámara se encuentra Alex Kurtzman en su segunda película como director tras Así somos (2012) y de cuya historia es responsable junto a cinco guionistas más. Esto ya nos da una pista de lo que nos podemos encontrar.

 



Delante de la cámara, tenemos Tom Cruise en la piel de Nick Morton, un oficial americano decidido a “saquear” los restos de cultura presentes en Irak. Así es como da con la tumba oculta de Ahmanet (la argelina Sofia Boutella), una princesa egipcia protagonista de una leyenda de muerte y venganza. No sin antes robarle el mapa a Jenny Halsey (Annabelle Wallis), una arqueóloga que oculta una verdad. Porque detrás de todo se encuentra Prodigium, una organización que reconoce, contiene, examina y destruye el mal. Así, cuando Ahmanet resucite y se convierta en la momia, la prioridad de esta organización será atraparla. Aunque no va a ser tan simple. Ni lógicas algunas de las acciones. Su alto cargo es el doctor Henry Jekyll, interpretado por Russell Crowe, un desperdicio de personaje al que se le podría haber sacado mucho jugo (aun se le puede sacar si continúan con el Dark Universe, pero la primera impresión ya está hecha). Un usuario de Tumblr publicaba hace algo menos de un mes una versión alternativa en contraposición a lo que pudiese suponer la nueva película (sin haber visto siquiera el trailer) en la que, básicamente, se repetía por completo la película de 1999. Y no cabe la menor duda de que muchos hubiésemos disfrutado como niños con esa "nueva" idea (incluidas las escenas post-créditos mencionadas en el post). Si la comparamos con algunas de sus antecesoras, el resultado es desafortunado. Si la valoramos por sí sola, también. A veces parece una mezcla entre The Ring y The Walking Dead. Todo lo que conseguían transmitir las otras cintas, aquí se esfuma. Un par de buenas escenas o algunas decisiones tomadas correctamente no pueden levantar una historia en la que del terror y/o la aventura de sus predecesoras pasamos a las tomas oscuras en las que, más que crear tensión, parece que no sabían muy bien qué hacer, los personajes del todo a cien, la química inexistente, un guión desigual y unos efectos especiales bastante regulares (malos en demasiadas ocasiones) hacen que La momia genere la sensación de que todo se hace por ganar dinero fácil. Que sí, todos sabemos que así es, pero podrían haberlo disimulado un poco realizando un mejor trabajo.

 

 

UC (Susana Sánchez Redondo).

TRAILER